El pasado 12 de octubre, se lanzó el libro Chile mira a sus poetas: estudios y creaciones. El texto reúne poemas, estudios, conversaciones, reseñas y fotografías, a partir de los ocho congresos que se realizaron en 2009 con el nombre de Chile mira a sus poetas.
Por Paula Miranda
Facultas de Letras
UC
Gracias a todos ustedes por haber llegado hoy hasta aquí a colmar este salón con su imprescindible presencia, especialmente a nuestros amigos y amigas que viajaron desde regiones.
El libro Chile mira a sus poetas: estudios y creaciones, en el que muchos de ustedes participan como autores o colaboradores, toma sus contenidos fundamentales (poemas, estudios, conversaciones, reseñas y fotografías) de los ocho congresos del mismo nombre organizados por distintas universidades hace dos años en Arica, La Serena, Valparaíso, Concepción, Chillán, Temuco, Punta Arenas y Santiago.
A pasos de este salón, hace exactamente dos años, inaugurábamos el Congreso con un homenaje a Gonzalo Rojas. Él, recordarán ustedes, los que asistieron ese día, compartió esa tarde con nosotros su alegría y vitalidad poética, y nos hizo reír y alegrarnos con su juego desbordante de palabras e ideas. El regalo que nos hizo ese día, según nos dijo, el “de un aire nuevo, que no fuese sólo para respirarlo, sino para vivirlo”, ha sido aprovechado al máximo en este libro y en este tiempo transcurrido. Entre esa presencia y su ausencia actual, muchas cosas han pasado en el mundo y especialmente en Chile. Estaría contento Gonzalo Rojas con el despertar de conciencias motivado por nuestros jóvenes y también con la concreción de este proyecto.
Aquí se ha propuesto mirar, en primer lugar a nuestros poetas del “pasado”, lo que implica no sólo un esfuerzo interpretativo, sino también afectivo. Porque ¿cómo trasladarse en el tiempo a experiencias y estéticas que ocurrieron antes que naciésemos? y ¿cómo, además, hacerse cargo de la multiplicidad de voces que ellos representan, desde Ercilla y Eusebio Lillo hasta Lihn y Martínez? Mirar la enorme variedad emotiva y tonal de nuestros poetas, implicó que esta fuese necesariamente una empresa colectiva. Más de cincuenta autores, especialistas en poesía, logran aquí volver a la vida a los poetas a través de nuevas lecturas, revisitan sus necesidades y claves, entienden sus contextos y textos, desentrañan algunos de sus misterios y también ciertas miserias, los hacen dialogar entre sí y con los nuevos creadores, aminoran sus rencillas y guerrillas literarias y resaltan sus complicidades.
Pero en este camino no bastaba con mirar hacia atrás. Había que mirar también el presente y el futuro. Distintos estudios se avocan aquí a la tarea de pensar lo que está ocurriendo en la actualidad con nuestra poesía, y, lo que es más importante, se ofrece una muestra de poemas pertenecientes a más de sesenta poetas vivos, en un registro amplio, aunque no exhaustivo (ningún esfuerzo de este tipo podría serlo en un país como el nuestro), de las distintas voces nacidas entre 1914 y 1989. La imagen de la portada del libro, perteneciente a la boca del guitarrón con sus veinticinco cuerdas, grafica justamente esa polifonía intensa que es y ha sido la poesía chilena. En este escenario y en estos balcones rescataremos en unos momentos más ese espíritu multívoco y plurisonante de ella.
Más allá de esta distinción entre los poetas del pasado y el presente, entre lo chileno y lo que no, con este libro constatamos que la poesía es la misma en cualquier parte del mundo y de la historia: culta, verbal, vital y atenta a su época, aunque a veces aparente distraerse. Más todavía, los poetas que aquí están son también estudiosos e intelectuales y los estudiosos, algo tienen de poetas en su espíritu crítico y creativo. La mejor imagen para graficar todo esto es la de Nicanor Parra, el poeta más “vivo” y joven de todos, quien en la última visita que le hiciésemos junto a Gilda Orellana, hace exactamente una semana a su casa en las Cruces, nos regalase tres instantáneas suyas. La primera: recitó en español, francés, inglés, griego y mapudungun y por si eso fuese poco, nos cantó dos tonadas y un tango. Todo esto lo hizo para demostrarnos cómo hoy la poesía, según él, estaba retornando a cierto lirismo, más propio de los “encantautores” que de los poetas como él, los anti-poetas. Segunda instantánea: a sus 97 años Nicanor Parra, estaba ocupado en medio de un mar de diccionarios por desentrañar el sentido de la letra A y sus relaciones con la palabra Agua, ambas en el origen. La tercera y última imagen: estaba también preocupado por lo que ocurría en el país. Nos dijo al despedirse y en tono de sentencia: “Los pingüinos, los pingüinos, nos dan cancha, tiro y lado”. Nicanor volvía a ratificar con estas imágenes la triple pulsión del poeta: su ritmo vital, su intenso amor por las palabras y su deslumbramiento casi infantil por todo lo que ocurre a su alrededor.
Hemos querido que el espíritu de este lanzamiento sea el mismo que el del libro: un encuentro de distintas voces, escritas y orales. Por eso esta biblioteca se transformará en algunos minutos más, en un lugar que conjugará la “permanencia” del texto escrito con la volatilidad de la palabra oral. Sabemos que la poesía tiene en parte su origen en el canto ritual; y que a su vez esa palabra oral, originaria y musical, ha pervivido en nuestra memoria, entre otras posibilidades, gracias a la palabra escrita.
Por otra parte y solo por hoy, deseamos dar una connotación distinta a la conmemoración del doce de octubre, día en que habitualmente se recuerda el descubrimiento mutuo de dos mundos, pero también el encubrimiento de nuestros pueblos originarios. Este libro representa también el diálogo, todavía insuficiente y miope, entre culturas y lenguas tan diversas; y esta presentación, el encuentro de la palabra escrita con la palabra recitada y cantada.
Finalmente, pero no por ello menos importante, queremos agradecer junto a Carmen Luz Fuentes- Vásquez, con quien editamos este libro, a la Facultad de Letras (la que alentó y apoyó este proyecto desde sus inicios), muy especialmente a su decano, José Luis Samaniego y a su equipo directivo, sin cuyo respaldo esto que estamos viviendo hoy no hubiese sido posible. Agradecemos a Editorial Pfeiffer y al Fondo de Fomento del Libro y la Lectura. Expresamos nuestra gratitud a cada uno de los autores, que le dio vida poética y crítica a este libro y sobre todo a los nueve poetas (autores de este libro también) que comienzan en este minuto a cantarnos y recitarnos. La invitación es entonces no sólo a mirar, sino también a escuchar a nuestros poetas.
* Palabras pronunciadas por Paula Miranda en el lanzamiento del
libro, el día 12 de octubre de 2011, en el Salón Irarrázaval de la Casa Central de la P.
Universidad Católica.